Ya hace unos cuantos años que el hombre pasó de ser cazador y recolector a ser agricultor y ganadero (9800 años aprox). Y es desde entonces que el concepto de cría animal comenzó a evolucionar y a desarrollarse en función de la cantidad de proteína que la población demandaba.
Desde una ganadería simple de subsistencia, hasta las granjas superintensivas de hoy en día, desde pretender simplemente que los animales no se mueran hasta lograr mejoras genéticas y unos índices de conversión imposibles de creer, ha pasado mucho tiempo y sobre todo ha cambiado la forma de ver los sistemas productivos.
Dentro de esta vorágine evolutiva, el ganadero ha debido de adaptarse a todos los cambios que el mercado le ha pedido. Es sobre todo en desde el pasado siglo hasta nuestros días cuando el cambio ha sido cada vez mayor, no sólo ha tenido que aprender a criar animales de una forma eficiente, sino que también marketing, contabilidad, gestión, informática, mecánica…, ha pasado a ser un EMPRESARIO, completo. Atrás quedaron los días en los que se disponía de un empleo principal externo a la ganadería que era el sustento principal de la casa y que se complementaba con unos cuantos animales que ayudaban a mejorar la economía del hogar. A día de hoy eso es IMPOSIBLE, la dedicación debe ser exclusiva. La explicación es fácil, los mercados cada vez piden un producto mejor a un precio menor, lo que implica un margen más pequeño y con ello un volumen de producción mayor. Si un ganadero quiere seguir con el negocio no se puede permitir errores y para ello debe de estar pendiente de la producción. Un fallo en la alimentación, en la temperatura, en los niveles de cloro, en la humedad…, puede ser fatal. Existen sistemas que ayudan a las labores de control de los parámetros productivos, como ordenadores, sondas, personal cualificado (muy importante y necesario), pero es el granjero debe manejarlo, interpretarlo, y ponerlo en orden para que todo vaya adelante.
Cuando llega la hora de vender el producto, en este caso los animales hay que hacerlo al precio que sea más rentable en función de los costos, y con las máximas garantías de cobro. Esta labor es primordial y requiere experiencia, conocimiento y unas dotes comerciales que muchos de los que estamos por la calle dando vueltas las quisiéramos para nosotros.
Esta es la tendencia que tiene el crecimiento que tiene la población mundial. El planteamiento es claro, ¿¿¿¿QUÉ VAMOS HACER PARA DARLES DE COMER A TODOS?????. El mundo tiene que producir comida a un ritmo frenético, y cada vez en menos espacio, para ello tanto la agricultura como la ganadería se irán intensificando y con ellas el granjero tenderá a ser más profesional, si no quedará fuera del sistema.
Últimamente veo esta foto en muchos sitios y merece un comentario, es muy gráfica a cerca de lo que se está logrando en la avicultura de engorde. Mejora genética, mejora de las instalaciones, piensos más eficientes, control sobre parámetros que antes no se tenían en cuenta y en definitiva un manejo más profesional. Cabe el comentario a cerca de qué le echarán para que engorden así. Por fortuna hoy en día y gracias a las legislaciones de bienestar animal, existen controles rigurosos de cómo se crían estos animales.
Fuente ; http://www.3tres3.com
Este gráfico nos indica la cantidad de lechones destetados por cerda y año en una granja. La evolución nos aporta las mismas conclusiones que la foto anterior.
En este gráfico observamos como en algunas especies el crecimiento de la población ha sido brutal llegando a ser prácticamente exponencial en el porcino. La consecuencia es que las granjas se han tecnificado y modernizado de tal manera que permiten producir para que el número de cabezas porcinas aumente de esta manera.
En conclusión; El crecimiento de la población mundial demanda un incremento de la producción de proteína y con lo que el ganadero evoluciona hacia mejoras productivas que le permitan ser competitivo en un mercado que solicita precios más bajos y calidades más altas
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