María Luisa Camacho, ganadera con pasión por su trabajo.    

Hemos decidido con este artículo darle visibilidad al ganadero, o en este caso ganadera, de esas poblaciones pequeñas y perdidas pero que tienen casi la mayoría de sus vecinos dedicados a la ganadería en extensivo, y el que menos, cuenta con algunas cabezas de ganado como pasatiempo.

Conocemos a María Luisa Camacho, de 42 años de edad y nacida en Cumbres Mayores. De padre ganadero profesional y madre profesora de primaria, dedicada al sector farmacéutico y como trabajo secundario una finca con ganado vacuno al que dedica gran parte de su tiempo libre.

En su vida familiar cuenta con dos hijos pequeños, con los que comparten su pasión por los animales y quienes los acompañan a la finca casi a diario, junto a su marido y su hermano.

En un sector difícil y con una gran brecha generacional, decidimos pedirle opinión a una profesional joven y con pasión por la ganadería;

¿Qué te motivó a dedicarte a este sector?

“No fue una idea que entrara en mis planes, pero al enfermar mi padre la finca y el ganado quedaron sin atención y una de las opciones que se planteó fue vender. Fueron mi padre y mi marido los que me convencieron para que cogiera las riendas de la ganadería, aunque los cambios me dan miedo, fue una de las mejores decisiones.

Desde entonces, ya cumple 7 años que me dedico al sector”

¿Por qué elegiste el ganado vacuno y no el cerdo por ejemplo?

“Mi padre siempre tuvo de los dos tipos de ganado, aunque en esos momentos los cerdos solo los cogía para la montanera.

Cuando yo empecé me recomendó que solo siguiera con las vacas, porque los cochinos necesitan más atención.

Hoy día he doblado el número de cabezas de ganado vacuno con el que empecé."

¿Puedes decir que te dedicas de manera profesional o es hobby?

“Profesionalmente te puedo decir que me dedico a la farmacia, ya que es de donde viene mi mayor fuente de ingresos, pero tampoco considero la ganadería un hobby. Yo entiendo que un hobby es algo que haces cuando te apetece, para mi el campo es mi segundo trabajo, tengo que ir todos los días, incluso hay días que varías veces. El animal tiene que comer, enferma, etc., así que te diría que es un segundo trabajo”

¿Cómo lo compatibilizas con tu trabajo?

“Mi horario en la farmacia, normalmente, es por las mañanas y alguna tarde, lo que me permite ir al campo todos los días al mediodía y las tardes que tengo libre.

Con una vez que vayas a las vacas es suficiente, aunque por ejemplo en época de partos, hay que estar muy pendiente y voy más veces.”

¿Es fácil conciliar la vida familiar con la ganadera?

“Sería vida ganadera, laboral y familiar.

Cuando los niños eran más pequeños se quedaban con las abuelas mientras estaba en la farmacia, al medio día los recogía y por la tarde se venían conmigo al campo. Ahora que son más mayores es mucho más fácil, pero siempre me han acompañado cuando he tenido que ir a atender al ganado.

Suelo madrugar bastante para que me de tiempo a dejar todo hecho, sobre todo en casa y así le dedico tiempo a ellos. Los días que no trabajo, todas las horas se las dedico a la familia y a las vacas. Y cuando hay cosas "extra" tiro de mi hermano y mi marido, que me ayudan mucho.”

¿Implica a tus hijos y les enseñas lo que sabes sobre vacuno y ganadería?

“Si, ellos desde bien pequeños han estado conmigo en el campo, han puesto crotales conmigo, valoran cuando llueve y el trabajo que se hace en el campo. Lo han vivido desde chicos.

Recuerdo una anécdota que me hace mucha gracia, porque la niña el año pasado cuando vio que empezó a llover se alegró mucho y dio gracias a Dios por la lluvia para el campo.”

¿Quién te enseñó a ti todo lo que sabes sobre el sector?

“Al principio mi padre, aunque el estuviera enfermo siempre venía conmigo, no podía hacer mucho, pero si me guiaba. Recuerdo la primera vez que nació un becerro, yo no tenía ni idea de que tenía que parir esa vaca. Así he ido aprendiendo día a día con mi vinculación con el ganado. También con los cursos que hice de incorporación a la empresa agraria y preguntando a amigos, veterinarios, etc.

Alguien que me ha ayudado y enseñado mucho es Manuel Castaño (lo conocemos como "Manuel Brunito")”

¿Lo consideras un sector con brecha generacional?

“Sí, hay una brecha grande. La mayoría son personas mayores y los jóvenes no están cogiendo el relevo.

Es un sector sacrificado, muy dependiente de la meteorología, con salarios bajos para el trabajo que se realiza...tienes que estar disponible todos los días ya cualquier hora...

Creo que los jóvenes buscan en la ciudad trabajos y recursos más cómodos. Pero si lo ves desde otra perspectiva, como por ejemplo desde la mía, con una familia y con niños, si te esfuerzas un poco en los pueblos pequeños en buscar los recursos que se supone que aquí son “escasos”, los acabas encontrando. Por ejemplo, para las clases extraescolares, en la ciudad hay más oportunidades, pero en los pueblos también las encontramos.

Además, a la hora de criar hijos no tiene nada que ver un pueblo con una ciudad, los niños tienen mucha más libertad en un pueblo.

Muchos jóvenes no valoran lo que pueden encontrar en las poblaciones pequeñas.”

¿Tienes algún ganadero referente?

“En primer lugar a mi padre, el hacía su trabajo por pasión, y como mencioné antes también a Manuel Bruñito. En general a todo ganadero que ame este mundo y que busque mejorarlo y modernizarlo a nivel informático ya nivel mecánico.”

¿Cómo ves el sector en un futuro?

“Regular, por ejemplo, la política está poniendo muchas trabas al campo, está muy endurecida. Lo que nos intenta vender con la emisión de gases; ganaderías en extensivo y un intensivo controlado no emite tantos gases como nos dicen. El papeleo excesivo; tanta burocracia a las personas mayores se les complica. Mi padre en su día tenía su libro manual y es a lo que estaba acostumbrado, pero ahora a estas personas le exigen trabajar de manera informatizada y es complicado.

Pero también veo un rayo de luz en las nuevas generaciones que se aventuran en este sector, jóvenes más formados que espero que trabajen con ganas impulsando el campo.”

¿Crees que los consumidores sabemos realmente el trabajo que hay detrás de los alimentos perecederos que comemos?

“Creo que no, una minoría que se preocupa de verdad en qué comen y en consumir productos naturales sí, pero la mayoría no. La mayoría piensan en un filete y van a la tienda y lo compran, pero detrás de ese filete hay un trabajo de cría del becerro, de engorde, de cuidados y todo el trabajo de preparación de la carne, así que mira si hay trabajo detrás de ese trozo de filete”

¿Aplicas alguna tecnología o avance que te facilite el trabajo?

“Tenemos el seguimiento de los partos y los abortos en las vacas, placas solares, tenemos más corrales y mangás que mi padre en su día…”

Por último ¿animarías a más jóvenes a dedicarse a la ganadería? Ya sea en extensivo o intensivo.

"Si le gusta sí, sino no, por obligación no porque entonces fracasarán. Pero si te gusta es un trabajo precioso, al final son animales que tu ves crecer, que los crías, cuando ves la hierva de invierno que empieza a salir. . Son detalles que a las personas que nos gusta el campo le damos mucha importancia y mucho valor.”

¿Añadirías algo más a la entrevista?

“Pues que es un trabajo sacrificado pero muy gratificante y al que hoy en día se dedican pocas mujeres. Las animaría porque podemos valernos perfectamente en este mundo.”

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